Soledad
Transita
por mi alma
contenida
un silencio
de nieve
Me imprime
un sabor
a inmensidad
la noche
como un relámpago
visible.
WAFI SALIH
Residenciada en Barquisimeto. Tiene una maestría en Literatura egresada de la Universidad de los Andes.
Publico esto por que a mi parecer es una gran escritora. Mis respetos y mas sinceros buenos deseos.
sábado, 29 de septiembre de 2012
Que rico seria robarte el dulzor de
tus labios para acompañar mi cafecito y con el calor de tus abrazos mantenerlo
tibio hasta que llegue el momento de tomármelo poco a poco y disfrutarlo al mil
por ciento.
Quiero desbórdame por tu espalda poco a poco, quiero besar
tu boca y bajar por tu cuello, estacionarme y besar hasta el mas mínimo de los
poros -me imagino tu piel de gallina, encrispados tu vellos y sonrojada tu
cara- , y así demostrarte el deseo que siento por ti.
Luego acariciar de tal manera tu pecho que ya no aguantes
las ganas de suspirar de placer, y bajar suavemente hasta tu vientre, lugar mágico
que guarda secretos, hasta por fin posarme en ti y lamer suavemente el néctar emanado , jugo de dioses, creador de
seres.
Al momento de seguir sentir tus manos desbordarse por mi
cuerpo y acariciar lentamente cada poro de mí, y así sentir ese algo mágico.
El simple hecho de sentirte, de abrazar tu calor junto al mío,
el quemarnos lentamente en un fuego intenso hace que mi boca se haga agua y mis
ojos brillen de pasión. Ven y llenanme, déjate amar, déjate querer.
Amaranta Monserratt
Escapar
Ya no quiero seguir viviendo en
este pueblo de rencores y sueños destruidos, ya no soporto la idea de seguir en
el mismo sitio donde todo lo nuestro pasó.
El simple hecho de saber que
estas tan cerca me perturba y mueve mis sentimientos nuevamente haciendo a mi
cabeza volver a pensar en tí, y esas ganas de verte van regresando a mi cuerpo
y laten con furor cada vez.
Me quiero ir de aquí, quiero
volar lejos, traspasar nubes y montañas, y no regresar jamás a este sitio donde
el que se quedo se murió en vida y vivió en vano, donde aquel cuyas metas eran
grandes, las dejó ir y no hizo nada.
Quiero largarme de este pueblo
maldito donde sus calles armoniosas y sus libidinosas plazas me recuerdan a ti,
donde cada comercio me recuerda a tus manos, y cada hotel, frio, solo, y
tenebroso me recuerda el hecho de haber estado junto a ti allí, sentados,
consumando nuestro a mor día tras día, noche tras noche.
Me quiero ir y no volver, ya no
quiero saber de tí, no quiero volverte a ver; el simple hecho de caminar da
cabida a quererte encontrar, a quererme cruzar en tu camino aunque sea para
verte sin tan siquiera poder hablarte.
Me quiero ir a volar y a vivir
lejos de este pueblo maldito que se negó a morir.
Amaranta Monserratt
Suscribirse a:
Entradas (Atom)